Se cerró la puerta y se paró mi tiempo. Un reloj que no marca las horas, un reloj de arena sin arena, un reloj de sol en plena noche. La soledad me castiga. Vivo una vida que no se detiene, pero que no camina. Respiro, pero estoy muerto.
Hay vacíos que están llenos, que contradicción. El mío está lleno de ti, de todo lo que no te di, de todo lo que perdí. Faltaron caricias y sobraron discusiones. Faltaron besos y sobraron malas interpretaciones. Faltaron abrazos, suspiros, susurros. Y te falté yo. Supongo que por eso ahora te sobro.
Tarde, pienso. Como siempre, ya es tarde. Aunque digan que "lo bueno tarda en llegar", venció la impaciencia. Quisimos querernos antes de comprendernos, y para querer, amor, primero se tiene que comprender. Vidas hay muchas, las mismas que personas. Y maneras de vivir también.
Ahora no es que me falte tu mitad, es que me sobra la mitad de todas las demás cosas. Sin tu risa sólo sé sonreír a medias. La cama es el doble cuando no estás. Los 5 minutos de más ahora son 2 minutos y medio de menos. El azúcar no endulza el café. Las duchas son más cortas. Y los días son más largos.
No (Te voy a mentir) Te Sigo Queriendo.
David SV
me parece una preciosidad
ResponderEliminarQuererse y no saber decirlo y al final arrepentirse por no demostrarlo, así nos ocurre a tantos. Son los miedos a no querer, queriendo, a no atreverse a dar un paso de más, a que nos vuelvan a partir el corazón.
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