A veces es una tormenta. Y no llevamos
paraguas. Y no tenemos a nadie que nos cobije. Y nos cala hasta los huesos.
Y a veces es un vendaval. Y se lleva cosas. Y trae otras. Y las que se lleva son buenas. Y las que trae no lo son.
Y a veces es un huracán. Y arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Y sólo deja tristeza y desolación.
Y a veces es un terremoto. Y hace temblar hasta las torres más altas. Y las hace caer. Y no importa lo fuertes que sean los cimientos.
Y a veces es un incendio. Y jugamos con fuego. Y nos quemamos. Y quedan cenizas donde antes hubieron llamas.
Y a veces es un naufragio. Y sólo hay una tabla a la que agarrarse. Y esa tabla se llama recuerdo. Y debemos decidir si dejarnos morir o intentar sobrevivir sin ella.
Y a veces es un disparo. Y la bala no tiene orificio de salida. Y no se puede sacar. Y has de morir o aprender a vivir con ella.
Y a veces es una puñalada. Y se clava en el corazón. Y es mejor dejarla clavado que arrancártela, porque sabes que si lo haces morirás.
Pero a veces se sobrevive a una tormenta.
Y a un vendaval.
Y a un huracán.
Y a un terremoto.
Y a un incendio.
Y a un naufragio.
Y a un disparo.
Y a una puñalada.
Porque a veces el amor es una mierda. Pero a veces es de las dulces. A veces es de las que se comen. Y a veces es deliciosa. Y es que a veces, sólo a veces, también así es el amor.
David SV
Y a veces es un vendaval. Y se lleva cosas. Y trae otras. Y las que se lleva son buenas. Y las que trae no lo son.
Y a veces es un huracán. Y arrasa con todo lo que encuentra a su paso. Y sólo deja tristeza y desolación.
Y a veces es un terremoto. Y hace temblar hasta las torres más altas. Y las hace caer. Y no importa lo fuertes que sean los cimientos.
Y a veces es un incendio. Y jugamos con fuego. Y nos quemamos. Y quedan cenizas donde antes hubieron llamas.
Y a veces es un naufragio. Y sólo hay una tabla a la que agarrarse. Y esa tabla se llama recuerdo. Y debemos decidir si dejarnos morir o intentar sobrevivir sin ella.
Y a veces es un disparo. Y la bala no tiene orificio de salida. Y no se puede sacar. Y has de morir o aprender a vivir con ella.
Y a veces es una puñalada. Y se clava en el corazón. Y es mejor dejarla clavado que arrancártela, porque sabes que si lo haces morirás.
Pero a veces se sobrevive a una tormenta.
Y a un vendaval.
Y a un huracán.
Y a un terremoto.
Y a un incendio.
Y a un naufragio.
Y a un disparo.
Y a una puñalada.
Porque a veces el amor es una mierda. Pero a veces es de las dulces. A veces es de las que se comen. Y a veces es deliciosa. Y es que a veces, sólo a veces, también así es el amor.
David SV
El amor, esa palabra tan bonita que te hace sonreir sin más, que te deja con la mirada perdida, sin ver, que te hace flotar y elevarte del suelo, sin tener alas, ni flotadores...y cuando se va te deja en las cenizas de esa llama que ardía y creías que nunca se apagaría, y tienes que resurgir de ella como un ave fénix, porque tienes que seguir adelante, no puedes desagrarte y dejarte morir, no se muere de amor, aunque tantas veces lo digamos. Ayyyyy el amor, que palabra tan dulce, tan amarga cuando se va
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