viernes, 18 de octubre de 2013

ANIMAL HERIDO

Lucía era una gran amante de los animales. Morena, ojos castaños, cara de niña y cuerpo de mujer. Tenía 30 años, y llevaba mas de 10 dedicada en cuerpo y alma a ellos. Llevaba años ejerciendo de veterinaria. Nada más acabar la carrera montó su propia clínica. Ahora, pasados unos años, podía decir que no le había ido mal.

Recuerda el día en el que decidió el que sería su futuro. Ese día descubrió su gran amor por los animales y, a la vez, recibió una gran lección de vida que a día de hoy sigue en su memoria. Fue un día de verano. Ella tenía 17 años y no estaba pasando una buena época. Era buena estudiante y tenía una familia que la quería, pero se sentía vacía. No sabría decir exactamente que es lo que le pasaba, pero se sentía mal.

Manuel, un amigo de su abuelo, los invitó a pasar una tarde en su casa. Era una especie de refugio. Cualquier animal abandonado que Manuel encontraba, lo acogía. Desde perros y gatos hasta conejos y pájaros. Animales de todo tipo. Y allí fue donde conoció a Poky, un Pastor Alemán de 7 años. Rápidamente le llamó la atención y se interesó por su historia.

- A Poky lo encontré tirado en la cuneta de una carretera. Estaba herido y había perdido mucha sangre. - contaba Manuel con tristeza en la mirada. - Decidí recogerlo, aunque no tenía muchas esperanzas de que sobreviviera.

Lucía escuchaba atentamente sin dejar de mirar a aquel perro, cuya salud y vitalidad ahora parecían de hierro.

- Sufrió mucho, y yo sufrí con él. Las heridas físicas no tardaron mucho en sanar, pero las del corazón tardaron mucho. Probablemente había tenido alguna mala experiencia, no lo sé, pero mostraba un carácter algo desconfiado, incluso podría decir que arisco, a la defensiva. Costaba acercarse a él. Cuando esto pasa - continuó explicando Manuel - tienes dos opciones: ayudarlo o abandonarlo. Pero si de verdad quieres ayudar, sólo contemplas una opción, verdad Lucía?

La pregunta la sacó de sus pensamientos. 

- Los animales no son tan diferentes a las personas.- dijo - Ellos también tienen heridas, de las que no se ven, heridas en el alma y en el corazón. Ellos también sufren, y reaccionan según su sufrimiento. Y hay que ayudarles. Si de verdad te importan, hay que ayudarles. Como a las personas... - dejó de hablar pensando en ella y en el apoyo que notaba que le faltaba. Quizás a ella también le hubiera cambiado un poco el carácter últimamente. Quizás esa fuera la razón por la que sus amigos se habían distanciado de ella. Quizás ella era un "animal herido" al que no habían salvado...

Manuel asintió con una leve sonrisa.

- Todos los seres vivos sentimos felicidad, experimentamos angustia, somos conscientes de lo que ocurre y... sufrimos, también sufrimos. Que el dolor no sea físico, que no se vea, no significa que no exista. Todos necesitamos tener a alguien que haga por nosotros lo que yo hice por Poky, alguien que, en vez de abandonarnos, nos ayude.

"Cuando un 'animal' está herido, tú decides si ayudarlo o abandonarlo."

David SV

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