martes, 18 de noviembre de 2014

LA VIDA ES (B)ELLA

Besarte
fue matar dudas
y construir certezas
disfrazadas de interrogante
con forma de preguntas sin respuesta ,
pero con fondo de respuestas que no buscan pregunta,
perdidas en un continente
sin contenido.
 
Fue ahogar penas en un vaso medio vacío
de tristeza
y medio lleno de ilusión,
bebiendo los vientos por ti
y por la veleta que siempre
te señalaba.
 
Fue dibujar corazones abiertos
en el espejo empañado
de nuestro cuarto de baño
-compartido-
y cerrarlos con un candado
tirando la llave al río.
 
Fue lanzar mensajes en una botella,
sin botella
pero con mucho mensaje,
y sin mar
pero con muchas lágrimas
-de alegría-.
 
Fue reír a carcajadas
después de llorar,
cruzando la cara
con una mano
y pegando los pedazos del corazón
con la otra.
 
Fue encajar pasos
en unas huellas
marcadas en la arena de cualquier playa,
o en un desierto
camino de un oasis.
 
Fue esconder la cabeza bajo el ala
de cualquier avión
que nos llevara a cualquier parte
y que nos trajera de vuelta
a ningún lugar.

Fue atar cabos
y soltar amarras,
todo al mismo tiempo
y en el mismo barco.

Fue resucitar
cuando estaba muerto
y morir
cuando estaba vivo,
pero de placer.
 
Fue renacer de las cenizas,
limpiarme el barro
con la toalla
que un día tiré,
dejar de morder el polvo
para echarlo.
 
Besarte
fue creer
que la vida es bella
y desde que ella eras tú,
la vida también lo era.

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