miércoles, 4 de marzo de 2020

QUIZÁS. ALGÚN DÍA.

Estás al otro lado de la mesa de una primera cita, 
en un brindis de ojos y en el choque de las risas de después, 
compartiendo el postre de antes del postre, 
en las luces de la ciudad que dejan las cosas claras y en el chocolate espeso que no substituye al sexo, 
bajo el mismo paraguas en una lluvia de estrellas, 
en la luz verde de un cruce de miradas, 
en el beso de despedida frente al portal y en el fuerte latido de antes de darlo, 
en la pregunta de mi cabeza de ‘cuando te volveré a ver’, y en la respuesta de, ojalá en la tuya, ‘siempre’. 

Estás agarrada al final de mi brazo, 
en tus pisadas sobre mis huellas del mismo camino,
en los ojos clavados en la única dirección posible,
en el tiempo que me das sin haberlo pedido, 
en el miedo compartido para atreverse el doble y temer la mitad, 
en lo que has decidido permitirte aunque creías que no podías, 
en lo que has ganado pensando en lo que ibas a perder. 

También estás a la derecha del cambio de marchas de un viaje a cualquier parte, 
en los dos lados de encima de mi cama, 
en tu ropa en mi armario, 
bajo el ronroneo de mi gata, 
en el reflejo empañado de una ducha caliente, compartida, 
enredada en mi pelo debajo de una manta, 
descansando la vista con tu cabeza en mi corazón. 

Estás en mi cabeza, corazón. 

Estás en todos los sitios en los que todavía nunca has estado. 

DAVID SV

No hay comentarios:

Publicar un comentario