jueves, 7 de enero de 2016

LO CONFIESO

Cada noche me acuesto solo,
sólo para soñar contigo,
sabiendo que por la mañana voy a despertar sin ti,
que en un mundo en el que pensar parece cada vez más difícil
para mí no pensarte es algo impensable,
que vivo desafiando a la ciencia
y que mi cuerpo es un 65% tú y un 35% nada,
que las lágrimas han gastado más agua
que las duchas que compartíamos,
que nuestro banco sigue siendo tuyo y cada día el de menos gente,
porque dolía menos
cuando lo que me clavabas era tu mirada,
cuando me mordías la sonrisa con un beso,
o cuando me arrancabas la ropa y no la vida.

Dispararnos siempre fue un juego con una cámara en la mano
- para guardar recuerdos decías -
y es ahora cuando me matan las balas de ese juego.
Los cuchillos sólo marcaban nuestros nombres dentro de un corazón de madera
y la espalda me la dabas para sentir mi pecho contra ella.
Corríamos contra el viento
y saltábamos con los pies en el suelo.
Para volar bastaba con ir cogidos de la mano 
y soltarnos fue tu vuelo y mi caída
- el aterrizaje es la diferencia -

Estoy vivo para contarlo, 
pero quizás debería olvidarte para dejar de hacerme daño,
aunque olvidarte es lo que más daño me haría.

David SV

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